Necesitamos un trabajo para todos, necesitamos trabajar todos, por eso debemos construir el trabajo de todos entre todos
(Charla dictada por José Javier León a los estudiantes de nuevo ingreso de la UBV-Eje
Cacique Mara, el lunes 3 de octubre)
Para comenzar quería llamar la
atención sobre este detalle: al concepto Universidad
hay que añadirle el apellido “productiva”.
Las universidades deberían ser ya productivas, pero nosotros, en la situación
en la que están las universidades, necesitamos incorporarle la palabra, y decir
de manera tajante, declarativa, con la intención por delante, que las
universidades deben ser productivas.
Parte del problema es: ¿por qué
no lo son y por qué nosotros, nos planteamos el reto de sí serlo? ¿Por qué la
Bolivariana, nuestra universidad, debe tomar esa bandera? Una bandera dictada
por la urgencia, la necesidad, y por la verdad de lo que debe ser una
universidad y sobre todo una que se precie de ser bolivariana, que por
bolivariana debe recordar al maestro de Bolívar, a Simón Rodríguez, quien tenía
un elemento importante en su formación, en su pedagogía, el trabajo, algo que
la escuela, el liceo y las universidades conocidas excluyeron de su curriculum.
La noción “trabajo” se vinculaba
sobre todo al profesional que egresaba de las universidades a través del “campo
laboral”, vale decir que nos formábamos en una disciplina, en una profesión a
ejercer, según esto con el título en mano se saltaba al mercado de trabajo, sin
embargo, todos sabemos lo difícil que era conseguir trabajo, el desempleo es lo
normal, lo común, y ejercer en la profesión lo más difícil, pues muchos –como ustedes
saben- terminan trabajando en cualquier cosa porque la relación entre su
profesión y el mercado laboral no es tan estrecha como se la pudo haber
imaginado. Para muestra un botón: yo soy licenciado en letras, me eduqué para
dar clases de literatura, pero yo nunca he ejercido como licenciado en letras,
he dado clases pero nunca de literatura, para satisfacer ese gusto me he
inventado talleres y cursos, pero sólo por eso, porque me gusta. Ahora, mi
situación sin embargo es ventajosa porque pese a no ejercer mi profesión estoy
dando clases a gusto, en una Universidad que me gusta, lo normal entonces, es
graduarse y trabajar en casi que cualquier cosa.
Ahora bien, la dimensión
“trabajo” está separada de la Universidad, pero nosotros que estamos en la
Universidad Bolivariana debemos recordar a Simón Rodríguez quien a su vez nos
recuerda que la educación está vinculada al trabajo, y en nuestra universidad
tenemos una herramienta fundamental para esa vinculación: la Unidad Básica
Integradora Proyecto. Esa unidad está diseñada para articular los intereses,
objetivos y contenidos de las demás Unidades, el Proyecto es además, la
vinculación entre la Universidad,
las comunidades y esa noción
rodrigueana[1]
que es el trabajo.
Nosotros como universidad debemos
aprovechar la relación Comunidad-Universidad para desarrollar experiencias socioproductivas
bajo la metodología Proyecto. Necesitamos ir construyendo desde las bases nuestros
-sus futuros (como) profesionales. Lo
que ahora llaman –aunque no es nuevo, pero sin duda ha ido calando la palabra- emprendimientos en nuestro caso no individuales
sino colectivos, deben nacer de esa relación Universidad-Comunidad,
atravesados, articulados por el Proyecto, actividades donde se organiza el
conocimiento para el trabajo.
Todo eso debe ser construido
durante los cuatro años de formación… pero no es este el momento para
desarrollar las dimensiones de esa relación, mas sí les puedo adelantar que
actualmente trabajo esa relación con mi grupo de estudiantes de Proyecto en
Comunicación Social. Allí estamos desarrollando proyectos socioproductivos. Estoy
trabajando junto a ellos desde el primer semestre la idea de crear empresas de
comunicación a través de la creación de –por ejemplo- Unidades de Producción
Audiovisual, las cuales las denominamos por sus siglas UPA, las cuales pueden funcionar
en escuelas, liceos, fábricas, hospitales, etc. Estoy especializándome en UPAs,
empresas que produzcan contenidos para radio, televisión y redes, comunicación
multimedia. Ese es mi proyecto y lo digo así en términos personales sólo para
que se entienda que lo que he dicho no es algo abstracto, sino que es una actividad
bien concreta, pues esos emprendimientos, esas empresas productivas deben existir
en las comunidades, claro está, debemos crearlas, y no sólo en comunidades sino
en cualquier espacio que así lo requiera, amén de que los contenidos pueden ser
usados en diversos dispositivos, teléfonos, o bien proyectados en salas de
espera, etc., además hay una multiplicación de canales digitales que pueden
hacer efectiva esa comunicación alternativa, necesaria, hecha por nosotros, por
el pueblo.
Creo además que todos los PFG
deben iniciar procesos de construcción colectiva de proyectos de emprendimiento,
porque el salto de los egresados al mercado laboral siempre ha sido históricamente,
un salto al vacío. El desempleo es muy grande, no sólo en Venezuela, pero no en
cuanto a trabajo como tal sino con respecto a las profesiones en las que se forman.
La crítica que hago no es sólo en Venezuela sino que así funciona en el mundo como
lo registran diversos estudios que analizan el fenómeno. Hay un desfase entre la
universidad y el mercado laboral, que además como “mercado” se sostiene en base
a fenómenos típicos como la oferta y la demanda. Ustedes deben saber
que el desempleo abarata los salarios, a mayor desempleo menor el salario,
porque los desempleados por la necesidad de trabajar pueden aceptar sueldos
bajos, entonces se inicia una competencia de sueldos bajos.[2]
Nosotros no podemos seguir en la
UBV formando estudiantes para ese mercado, porque se trata de un mercado
caníbal. Debemos crear, al contrario, condiciones para un trabajo digno, liberador,
creativo, donde puedan ser siempre más y mejores en términos de calidad humana,
solidaridad, cooperación.
La solución “mercado de trabajo”
no debe ser nuestra opción. Proyecto, en tanto iniciativa para crear nuevos y
dignos espacios de trabajo, es nuestra opción, nuestro camino más
representativo y creo que debemos incorporar esa dimensión desde el inicio de
la formación.
En nuestro PFG vamos a pasar
cuatro años en una comunidad, pero eso debería permitir construir las bases del
futuro profesional y, en colectivo, en redes y por medio de diversas
asociaciones productivas, parir la nueva economía, el nuevo país. Un
país que no dependa de la renta petrolera sino del trabajo productivo, apegado
a la tierra, a las personas, a los sueños y a los proyectos de todos.
Para eso hay que construir trabajo rebatiendo la tesis del rentismo
petrolero que nos condenó a trabajos dependientes, parasitarios, que hacían que
ese mercado laboral siguiera abierto a las expectativas, aunque como ya lo expliqué,
limitado. Necesitamos un trabajo para todos, necesitamos trabajar todos, por eso debemos
construir el trabajo de todos entre todos.
La UBV tiene la
herramienta pedagógica, el tiempo y el espacio para construir esa realidad, pero
debemos asumirla y en ese compromiso me incluyo. Yo en lo personal tengo doce
años trabajando para que Proyecto se convierta en una base concreta para el
desarrollo personal de ustedes, queridos estudiantes. Pero eso es una lucha,
eso no está dado, hay que construirlo.
En ese sentido, agradezco la
invitación, seguro nos encontraremos los que van a estudiar comunicación social,
y me verán diciendo lo mismo, porque se trata de ser persistentes y de ir
abriendo camino hacia una realidad que es urgente, que es necesaria y que la
podemos construir si nos ponemos a trabajar juntos en esa dirección.
[1]
Buscando alguna referencia sobre este término, escuela rodrigueana, conseguí esta nota: Educación Rodrigueana para el
Socialismo del Siglo XXI, en: http://www.telesurtv.net/bloggers/Educacion-Rodrigueana-para-el-Socialismo-del-Siglo-XXI-20141204-0002.html
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